Las noticias sobre el coronavirus que informan sobre el número de contagios y de fallecidos están por todos lados, en las redes sociales, ocupando gran parte de los periódicos y en la televisión. No es de extrañar que, ante esta situación generada por la pandemia, tanto los niños como los adultos tengamos sentimientos de incertidumbre o ansiedad, por eso es vital saber gestionar el miedo.

¿Es malo sentir miedo ante esta situación?

En absoluto, el miedo pone en alerta todos los sentidos y ayuda a buscar formas de protegernos. En estos momentos, es una emoción adaptada que provoca que la gente aumente la prudencia a la hora de relacionarse con los demás.

Es cierto que el miedo también puede ser desadaptativo, es decir, que la intensidad con la que lo sentimos sea mayor a lo que el contexto requiere y no nos permita vivir con cierta normalidad esta situación, haciendo que nuestro malestar sea aún mayor.

¿Cómo exteriorizamos el miedo al contagio?

En los niños, muchas veces, el miedo viene acompañado de rituales que han observado que funcionan como el lavado de manos repetitivo. Sin embargo, a veces el miedo se esconde detrás de comportamientos agresivos, de rabietas o de nerviosismo excesivo.

¿Qué podemos hacer para gestionar el miedo?

  • Informarse bien. Buscar medios de información que sean fiables y no hacer caso de cualquier contenido que no nos llegue a través de vías oficiales, por lo que debemos evitar estar sobreinformados. Limitar el tiempo que se pasa informándose sobre el virus, nos permitirá ocupar la mente en otras actividades con las que se pueda desconectar.
  • Evitar el exceso de precauciones. Tener demasiadas rutinas de comprobación de síntomas, como tomarse la temperatura varias veces al día, o de prevención del contagio, como estar continuamente desinfectándonos las manos con gel, incluso cuando no hay probabilidad de contagio, no es favorable.

Y, ¿con los más pequeños? Los niños entre los cuatro y los nueve años son los que presentan más miedo.

  • Explicarles la situación desde la calma y adaptando la información a lo que ellos necesitan saber. No debemos esperar a que sean ellos quienes pregunten desde la preocupación, sino adelantarnos a su necesidad de saber.
  • Evitar trasladar nuestros miedos comprobando sus rutinas de prevención preguntándoles si se han lavado las manos o protegerles de forma innecesaria.
  • Dibujar un “árbol de las preocupaciones” en el que se les permita que expongan sus dudas y emociones para que así aprendan a gestionar el miedo de una manera más favorable.
  • Normalizar la emoción del miedo y ofrecerles estrategias que les hagan sentirse seguros, como lavarse las manos o explicar el uso de la mascarilla.
  • Alentar en la idea de que, aunque se contagien, los médicos pueden ayudarles.

“La exposición es lo principal. Si evitan la situación están reforzando ese pensamiento. Hay que normalizar”. Según Ortega.

Otros consejos que podemos seguir, son: practicar primero en casa, hacer una exposición gradual, normalizar en casa las acciones de lavarse las manos, hablarles de lo positivo del paseo, decidir entre todos lo que podemos hacer en el siguiente paseo… debemos recordar que nosotros somos modelo para nuestros hijos, por lo que si somos nosotros los que tenemos miedo, lo vamos a transmitir.

No obligar. Obligar a un hijo a salir es lo último que debemos hacer si ese hijo muestra pavor. “En general no hay que forzarlos. En una situación de miedo excesivo, obligar a un niño es un error”, asegura Luengo. Debemos conocer el motivo por el cuál no quiere salir y después plantearle pequeños retos.

Wome wearing surgical mask in the car, for corona virus or Covid-19 protection.

El miedo se termina pasando. Lo normal es que el miedo termine yéndose y la situación se termine por normalizar. “Es un mecanismo adaptativo. Lo que hay que hacer es cambiar la forma de pensar”. Disuadir y persuadir son las herramientas clave para los padres. Si no funcionan y la situación se repite de manera continuada, entonces sí hay que pedir ayuda a un especialista…

ESTO TAMBIÉN PASARÁ….

EQUIPO DE ORIENTADORES